¿Dónde ocurre la vida?

La relación entre cuerpos humanos y no humanos con las ciudades puede ser narrada a través de los límites expresados en las líneas que definen lo que le corresponde a cada ser existente. Las líneas son una forma de lenguaje identitario de todo lo que está vivo. En ese sentido, dibujan también en la ciudad espacios de circulación restringida, zonas que modulan cómo debe suceder la vida, regulando presencias y desplazamientos. De ahí emergen conflictos multiespecie, en una constante renovación de contaminaciones de distinto orden: biológica, simbólica, territorial.

Sin embargo, las más diversas manifestaciones de vida se insinúan como fuerzas de redibujo. Traspasan las líneas, las pliegan, las reescriben —afirmando otros recorridos posibles, intuiciones de una resistencia biológica y poética que se instala incluso en las ruinas del orden.

Permeabilidad Selectiva es un comportamiento descrito por la biología celular: las membranas permiten o niegan el paso de sustancias hacia dentro o fuera del organismo, operando como filtros activos. Esta metáfora sirve aquí para pensar la ciudad como una membrana viva, ondeante, que filtra, regula, expulsa y absorbe.

Este ensayo propone una reflexión sobre los vestigios gráficos y el papel activo de las modulaciones urbanas expresadas en líneas, cercas, límites y flujos. Se trata de una de las manifestaciones más evidentes del Antropoceno: el paisaje urbano como traza identitaria de la especie humana, como sujeto expandido que pulsa con células, arterias y múltiples agentes que lo habitan.

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Lima/Peru- 2018.